top of page
Foto del escritorDanteBonelo

EDIFICIO SIN NOMBRE

Vivo en un edificio sin nombre y me di cuenta gracias a la visita de una extraña. Hace un tiempo, alguien me pidió el favor de entregarle algo a otro alguien. Cuando ese alguien me escribió para pactar la entrega, le di la dirección de mi hogar, mi morada, mi lugar de residencia; y para aclarar, le indiqué que vivía en un edificio sin nombre. Días después la frase vino a mi mente con un poder con sabor a epifanía: “vivo en un edificio sin nombre”. Mucho siento ahora que ese edificio sin nombre es mi cuerpo, el cuerpo que habito, mi cuerpo en transición es un edificio sin nombre, a veces inclasificable para las personas alrededor. 


El fin de semana anterior y este que pasó, han sido ejemplos que me han hecho ver esto con más claridad, y me siento contento. Así como necesité de la extraña a quien le di mi dirección, en múltiples ocasiones necesito de la mirada extraña para reconocerme, para celebrarme, y para aprender a interactuar desde otros puntos más saludables para mí sin que ello implique relegarme y renunciar a mis derechos en lo que a mi identidad respecta. 


Domingo, 19 de mayo. Entro por primera vez al vestidor de hombres. Nadie me dice que el de las damas está al otro lado, ni me mira raro, ni me juzga. Por primera vez también entro al baño de hombres en un centro comercial. 


Sábado 25 de mayo. Hago fila para pagar un paquete de boxers. La de la caja me dice “bienvenido”. La señora de la fila me dice “que siga, muchach…”, sin saber con qué marca de género terminar el sustantivo. 


Domingo 26 de mayo: Llego a la caja de KFC, me dicen “Bienvenida”. Pago y me preguntan mi nombre. “Ya lo llaman”. El que entrega los pedidos le pregunta a la cajera: “¿Dante es hombre o mujer?”. “Es hombre”, responde la cajera. “Señor Dante”, gritan. 


¿Hombre? ¿Mujer? ¿Señor? ¿Señorita? Edificio Sin Nombre, Apartamento Dante Bonelo.






24 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

DISFORIA

Kommentare


bottom of page