My fling con el Pablo Tobón
- DanteBonelo
- 4 ene 2024
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 27 mar

Hoy estoy triste. Frustrado. Impotente. Dos meses llamando al hospital Pablo Tobón todos los días. Hoy llamo al medio día y lo mismo, no hay disponibilidad para la especialidad. Voy a llegar al endocrino a los 60. Exijo que me digan cuándo abren agenda. Que hoy, pero que ya se acabaron las citas. Me parece increíble y me dan ganas de putear a la perra hijueputa. Pero me acuerdo que ella es una trabajadora más, no el sistema. Entonces suelto un “gracias” de mala gana y cuelgo el teléfono. Puteo y puteo el teléfono. Me dan ganas de meterle un traque. Traque pal teléfono. Traque pal closet. Traque pa la ropa y pa las almohadas ya que son suavecitas porque estoy enojado pero no soy bruto. Trato de respirar profundo pero me agito y me agito y me agito. Me da un llanto rabioso. Quiero destruir algo. ¿Cómo es posible? PERROS HIJUEPUTAS MALPARIDOS HIJUEPUTASSSSSSS!!!
Intento darme contentillo. Es 3 de enero y empecé este proceso en octubre. Tampoco llevo tanto tiempo. Paciencia. Ya me toca ponerme serio conmigo mismo. Me calmo o me calmo. Ya toca ir a trabajar. ¿y si no voy y me quedo acá y que pase lo que tenga que pasar? Me hago un llamado a la sensatez. No, marica. Después es peor. Transición sin EPS luego sí peor. Igual y no me voy a quedar acá lamentándome. Algo que me calme YAAAA! HIJUEPUTAS PERROS HIJUEPUTASSSSS. Me miro en el espejo, me lavo la cara y salgo. En la bici me hago el lavado cerebral. Hoy tendrás un buen día.
Comentarios